¿Es la esperanza una virtud? Así se ha considerado. Sin embargo, la cábala nos dice, quizá, otra cosa:
TIKVÁ, esperanza. La palabra hebrea contiene TOHU, caos, laberinto. Se llama mundo del caos (olam ha-tohu) al purgatorio.
SIBARÓN, esperanza. Esta palabra significa también calamidad y ruina.
Y es que la esperanza, en apariencia virtuosa, divide nuestra energía, parte de la cual se queda en el presente, en el AQUÍ y el AHORA, y otra parte de canaliza hacia el ALLÍ y el LUEGO.
¿Sabéis cual es el nombre del GRAN SEPARADOR? El diablo, del griego dia-bolé, desavenencia, desacuerdo, querella.
No os dejéis engañar, quienes predican la esperanza son cómplices de este personaje.
3 comentarios:
Estimado Jaime, ¿no implica la esperanza la aceptación de que no conocemos todo el puzle/plan, tan sólo hechos individuales y aparentemente inconexos? ¿No indicaría entonces que aceptamos la existencia de este plan y tenemos la esperanza/confianza/fe de que si existe debe ser lo mejor para nosotros? No debería implicar, sin embargo, la inercia de ver a dónde "nos llevan" los acontecimientos, con la esperanza de que más adelante los caminos se enderezarán (divide la energía). La esperanza en la perfectibilidad del plan no debería estar reñida con nuestro constante hacer.
yo tampoco le daría esa interpretación o al menos lo interpreto de otra forma: que en la palabra misma se esconde efectivamente su opuesto, lo opuesto de la esperanza es el caos y la calamidad, donde no hay donde agarrarse ni qué seguir. POrque en toda cosa habita el germen de su opuesto, y eso muestra la gran precisión de la cabala. ESo es algo estructural , intrinseco al Universo , como ya intuían Heráclito, Hermes trimegisto, Empedocles... Pero la esperanza es el lado luminoso de esa Idea, lo que, junto con la aceptación del presente tal cual es, intuye que "lo malo" no puerde ser sino una parcial y errónea percepción de LO Que ES, como dice Raul en su comentario
Marien
Querido jaime. Una vez me definiste la esperanza como "la llave que abre todas las puertas menos las que están cerradas". Estoy de acuerdo contigo. La esperanza nos induce a la pasividad, nos proyecta hacia un futuro en el que esperamos que las fuerzas externas sean favorables. Sin embargo, la felicidad que el hombre tiene la esperanza de conseguir es realmente una conquista personal que debe hacerse día a día, siendo consciente aquí y ahora, de nuestro propio mundo interior.
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